Me gusta la fotografía, creo que desde siempre. Cualquier lugar es bueno para hacer fotos, supongo que lo importante está en como nosotros lo percibimos, dejar que se adivine a través del visor de cámara, esperar por la luz adecuada para la toma y cuando llega poder pintar con ella. Prefiero la luz del crepúsculo, cuando aparece dispones de poco tiempo pero si lo consigues ya puedes decir que la tarea mereció la pena. Ahí están los volúmenes, las tonalidades y algo que me resulta difícil expresar con palabras. Algunos lo llaman magia.
La fotografía viajera me cautiva, seguramente por ver otras realidades, otras luces y poder captarlas.
Todas las personas son nómadas desde el nacimiento.
Cuando crecen, algunos se hacen sedentarios y otros no.
Los sedentarios se quedan siempre en un mismo lugar y ven las cosas siempre desde un mismo punto de vista. No se mueven de sus lugares ni para mirar ni para vivir.
En cualquier momento de su vida, un sedentario puede empezar a ver la vida de otra manera si aprende las maneras naturales de los nómadas.
La transformación de sedentario en nómada entraña algunos dolores necesarios. Tendrán que aprender de nuevo casi todas las cosas y empezarán a llamar las cosas por otros nombres.
Lía Schenck